lunes, 20 de septiembre de 2010

CLASE Nº 26: LA CAÍDA DEL HOMBRE

Fue durante la entrada de la Cuarta Raza-Raíz, que se convocó un Consejo Cósmico, cuya decisión cambio drásticamente el curso para todas las evoluciones de la humanidad de la Tierra, Espíritus Guardianes, Ángeles y elementales.

Este Consejo, al cual asistieron los Miembros de la Jerarquía Espiritual de la Tierra, fue convocado para decidir qué hacer con los millardos de corrientes de vida que vivían en otra galaxia. El desarrollo espiritual de estas corrientes de vida era insuficiente para seguir habitando en su propio planeta y seguir evolucionando. Como parte del Plan Divino, su planeta iba a dar un paso de la Inhalación llevándolo un paso más cerca del sol.

Según la Ley Cósmica, una mayor proximidad al sol requiere de la aceleración de la vibración de un planeta y sus habitantes. Tales individuos rehusaban plegarse al Plan Divino. Estaban complacidos con sus pensamientos y sentimientos, y se habían quedado atrás en su proceso natural de evolución. De allí que no calificaran para avanzar con su planeta. Los Maestros se refieren a estos individuos como los “rezagados”.

Uno de los planes contemplaba hacerlos pasar por lo que se conoce como la “segunda muerte”, lo cual obliga a la corriente de vida a comenzar desde el principio otra vez, de vuelta al “Viaje por las Siete Esferas”. Fue entonces que la Jerarquía de la Tierra, como un acto de misericordia, ofreció la Tierra como un hogar planetario para ayudar a los “rezagados” a completar su evolución. Las condiciones en este planeta eran perfectas y armoniosas entonces, si bien, en comparación con otros planetas, su acción vibratoria era levemente más lenta. Se esperaba que los “rezagados” se contagiaran de la pureza y perfección de los pensamientos y sentimientos de la gente de la Tierra y al adherirse a este ejemplo, gradualmente transmutarían su karma. Si bien a los altos sacerdotes y a los Espíritus Guardianes se les informó acerca de la llegada de los “rezagados” el resto de la humanidad permaneció inconsciente del evento. Durante cien años, los altos sacerdotes trataron de establecer (a punta de Decretos) un escudo alrededor de las corrientes de vida de la Tierra, para impedir que se contagiaran con los “rezagados”.

¿Cómo lucían los “rezagados” al llegar a la Tierra? Pues, al ser atados a las mismas leyes que se aplicaban al resto de la humanidad sobre la Tierra, fueron provistos de cuerpos similares y, por tanto, no se les podía distinguir del resto.

Las fallas principales de los “rezagados” eran ARROGANCIA, REBELIÓN, RESISTENCIA AL PROGRESO, TERQUEDAD Y RESENTIMIENTO HACIA EL CAMBIO. Como es natural, ellos trajeron estas cualidades consigo. Los pensamientos-forma impuros de los “rezagados” se regaron en la atmósfera de la Tierra como si fuera smog. Fue el principio de la “niebla” de la que se habla en la Biblia.

Con el correr del tiempo, la gente de la Tierra sucumbió a las sutiles tentaciones de la curiosidad. Se sintonizaron a los pensamientos-forma impuros de los “rezagados”, y comenzaron a jugar con ellos. Esta experimentación con la mala utilización del libre albedrío causó lo que se conoce con la “Caída del Hombre”. La humanidad comenzó a prestarle oídos al “grupo incorrecto”. Independientemente de la Dirección Divina, la humanidad deliberadamente escogió experimentar con la impureza. De esta manera, la atención del hombre dejó de estar orientada exclusivamente a su “Presencia “interna, el director de su actividad de Vida, haciéndose consciente de los sentidos en vez de consciente de Dios. Y así, de acuerdo con la Ley Cósmica, la humanidad manifestó aquello sobre lo cual ponía su atención y aquello sobre lo cual más pensaba. El hombre, deliberada y conscientemente, le dio la espalda a la Perfección y Dominio con que el Padre lo había dotado desde el principio.

La primera vez que apareció la niebla, era como una voluta local de humo. Más adelante, al ir pasando el tiempo, se fue convirtiendo en una niebla cada vez mayor, la cual gradualmente ocultó la presencia visible de la Hueste Ascendida.

Fue así como la Gloria de la Perfección de las primeras dos Edades Doradas llegó a su fin. Más adelante , cuando la cultura Atlante floreció, hubo otras Edades Doradas durante las cuales el velo entre la Hueste Ascendida y la humanidad fue rasgado parcialmente , sin embargo, la Perfección de las primeras dos Edades Doradas era única y nunca más se ha vuelto a equiparar. Los Maestros les han asegurado a los Estudiantes que es posible rasgar el velo una vez más, de manera que pueda el hombre volver a caminar y hablar con la Hueste Ascendida y los Ángeles.

Los “rezagados” no llegaron a la Tierra todos al mismo tiempo. En vista de que la Tierra fue creada para tres y medio millardos de corrientes de vida, y de que actualmente hay diez millardos de corrientes de vida utilizando la Tierra como salón de clases (incluyendo a los que no están encarnados actualmente), podemos asumir que fueron seis y medio millardos de “rezagados” los que vinieron de otros sistemas.

APARECE LA INARMONIA

Los Maestros afirmaron que la “Caída del Hombre” tuvo lugar en lo que hoy es Australia y Nueva Zelanda. En aquel entonces estos países eran parte del gigantesco continente de Mu, el cual cubría gran parte de los Océanos Pacífico e Índico. Fue allí que la difamación y el chisme comenzaron a tejer el velo.

A fin de asignarle un tiempo a la “Caída del Hombre” podemos indicar que los Maestros Ascendidos afirmaron repetidamente que se dieron dos Edades Doradas durante las cuales no hubo imperfección. También, basándonos en la consideración las Razas-Raíces y los ciclos, sabemos que bajo condiciones perfectas toma un ciclo de catorce mil años para que una Raza-Raíz alcance la Ascensión. Más aún, se aclaró que las primeras tres Razas-Raíces no experimentaron imperfección alguna, y que lograron la ascensión en el tiempo asignado. Además, sabemos que los “rezagados” llegaron al fin de un estado de perfección absoluto en la Tierra. De allí que si escogiéramos definir la “Caída del Hombre” como la época en que la inarmonía apareció por primera vez en la Tierra, podríamos asignarle la fecha de 50.000 años después de que la humanidad apareció por primera vez en este planeta.

El relato anterior pareciera entrar en conflicto con un dictado del Maestro Ascendido Krishna, quien afirmó que cuando ocurrió la “Caída” y la niebla cubrió toda la Tierra, habían transcurrido un millón de años desde el momento en que el hombre apareció por primera vez en la Tierra. Sin embargo, no necesariamente hay tal conflicto. Como se indicara anteriormente, tomó mucho tiempo antes de que la niebla originalmente solo una voluta local de humo, se convirtiera en una neblina cada vez mayor que gradualmente opacó la presencia visible de la Hueste Ascendida. Por tanto, depende de la definición que se haga de la “Caída”. Si se escoge definirla como el tiempo en que la inarmonía apareció por primera vez, basándose en la inequívoca Ley Cósmica, entonces puede asignársele un lapso de cincuenta mil años. Si se escoge definir la “Caída” como el momento en que la niebla ocupó TODA la superficie de la Tierra, entonces podemos asignarle un lapso de un millón de años.

CONSECUENCIA DE LA CAÍDA

Efectos sobre el Sacerdocio

Después de la llegada de los “rezagados”, el sacerdocio se dividió en dos facciones. En vez de prestarle oídos al Plan concebido por la Jerarquía, una sección del sacerdocio intentó expulsar a los “rezagados de la Tierra mediante repetidas Invocaciones. Un Maestro Ascendido explicó la insensatez de esta operación. Aún si el intento hubiera tenido éxito, los “rezagados”, atados a las leyes de la Tierra al igual que las razas originales, hubieran tenido que presentarse ante el Tribunal Kármico, y hubieran tenido que volver a entrar a la Tierra. Por tanto, ninguna expulsión permanente hubiera sido posible. La otra facción del sacerdocio aceptó a los “rezagados”, rehusando rebelarse contra el Plan de la Jerarquía.

Efectos sobre el hombre individual

La “Caída del hombre” a un nivel inferior de vibración causó cambios en la estructura corporal del hombre. La forma se hizo más densa, y la creación mediante rayos de Luz llegó a su final. Igualmente la “Presencia YO SOY”, el foco de Luz y Vida en el centro corazón, comenzó a decrecer en tamaño e influencia. Por primera vez, el MIEDO se registró en el cuerpo etérico, y nació el alma. Puede llamársele “alma” a los registros acumulados resultantes del uso experimental de la Vida. Esta alma, morando en el cuerpo etérico, más adelante influenció a cada personalidad en las encarnaciones sucesivas. El alma tiene que ser redimida mediante energía calificada constructivamente, hasta que no haya ya más dos, el alma y la Conciencia Divina, sino más bien, únicamente Dios. La necesidad de la hora es re-adquirir esta Conciencia Divina. Es la “Segunda Venida del Cristo”.

La densidad cada vez mayor del cuerpo físico causó cambios en la forma corporal del hombre, y por primera vez el hombre experimentó la manera actual de nacer.

Una vez que el velo asumió su efecto total, opacó por completo la presencia visible de los Seres Divinos; igualmente, la Música de las Esferas no podía escucharse ya más. La conciencia externa quedó sumergida en la confusión, andando a tientas en la oscuridad.

A partir de la “Caída”, muy pocos individuos han logrado la Ascensión. Casi todos, debido a la mala utilización de la energía, adquirieron karma, y de esta manera, quedando atados a la rueda de muerte y renacimiento.

El efecto de los espíritus guardianes

Después de la “Caída del Hombre”, algunos de los Espíritus Guardianes permanecieron en Cuerpos de Luz, escogiendo no asumir los recién creados cuerpos de hombre. Entre ellos estaban Kwan Yin y el Gran Director Divino. Ellos solicitaron la Ascensión, y les fue otorgada.

Sin embargo, algunos de los Guardianes escogieron ponerse las nuevas vestiduras de carne, esperando mantener así una conexión a través del velo con los Espíritus Guardianes Ascendidos. De esta manera ocurrió la primera partida de estos individuos altruistas, con sólo la intuición y el sentimiento del corazón dándoles un indicio de la conexión anterior.

Al transcurrir los siglos, los Espíritus Guardianes no-ascendidos también se enredaron en su karma, olvidando su origen y fuente, de esa manera atándose a sí mismos a la rueda de muerte y nacimiento. Kwan Yin le dijo a los Estudiantes que fue el gran sacrificio de los Espíritus Guardianes lo que ha hecho que amerite que los Maestros Ascendidos le den a la Tierra una atención especial; y también ha justificado la ilimitada paciencia para con el resto de la humanidad.

Efecto sobre la Jerarquía de la Tierra

Antes de la “Caída” existía únicamente un Concejo Liberador, que consistía de tres miembros. No había discordia, por lo que no había necesidad de juicio.

Después de la “Caída”, el Concejo Liberador fue reemplazado por el Tribunal Kármico, que consistía de siete miembros (uno por cada Rayo). El propósito del Tribunal Kármico es el siguiente:

1.- Mostrarle a las corrientes de vida lo que hicieron bien y mal durante la última encarnación.

2.- Enviar a estas corrientes de vida individuales a salones de clases (v.g.templos), donde pudieran recibir instrucción graduada de acuerdo con su desarrollo espiritual.

3.- Velar porque los individuos tengan la oportunidad de reencarnar y ponerlos en situaciones en las que tengan la oportunidad de redimir el mal cometido durante la última encarnación.

4.- Presidir los Concejos de la Jerarquía, y otorgar o no las peticiones que le hagan los Maestros Ascendidos y la humanidad no-ascendida.

Las decisiones del Tribunal Kármico son finales; no existe proceso alguno de apelación.

Efecto sobre la superficie de la Tierra

Antes de la “Caída”, el pigmento de la superficie de la Tierra tenía color de alabastro. Después de la “Caída”, el pigmento comenzó a cambiar, y aparecieron los grises y los marrones. Tomó mucho tiempo antes de que el negro y el rojo aparecieran (aquí estamos hablando del rojo prendido); no fue sino hasta hace ochenta mil años que estos colores se manifestaron.

Después de la “Caída”, fue menester ajustar de tiempo en tiempo la fuerza centrípeta que crea la ley de la gravedad (la cual mantiene a la superficie de la tierra y a la gente sobre la Tierra), en proporción a la densidad de los cuerpos físicos de la humanidad. (La fuerza centrípeta en movimiento curvilíneo es la fuerza que tiende a tirar de un objeto que rota alrededor de un centro, hacia ese centro; es lo opuesto a la fuerza centrífuga).

En algunas instancias, la discordia de la humanidad creó tanta inarmonía que el Reino de la Naturaleza rehusó seguir haciendo su papel en adornar la Tierra con vegetación. Como resultado de esto, aparecieron los primeros páramos y desiertos. Algunos de los actuales conservacionistas de suelos y ambientalistas son personas que, mediante la misericordia del Tribunal Kármico , han sido colocados en esas posiciones para que puedan restituir por sus pasados errores.

La energía mal calificada del hombre produjo cinturones de gas, cámaras subterráneas de presión, las cuales, bajo ciertas condiciones, resultan en terremotos y actividades volcánicas. Más tarde, los cinturones de gas fueron los responsables por el hundimiento de esa parte de Mu que estaba ubicada donde ahora está el Océano Pacífico.

Vida animal

Durante las primeras dos Edades Doradas, no había animales como los conocemos en la actualidad, ni tampoco creaciones malignas. Todas las formas elementales eran bellas, e individualmente delineaban la Perfección de Dios. Los Reinos Angélico, Dévico (v.g. de la naturaleza) y Elemental habían antecedido a la humanidad a fin de preparar un sitio bello en el cual ésta pudiera desarrollarse. Los elementales estaban destinados a acompañar al hombre, a servirle y a serle obedientes a través de su peregrinaje en la Tierra.

En una época, el repelente pulpo de la actualidad era un bello y dorado sol en miniatura. Donde hoy hay tentáculos, había entonces rayos de luz iridiscente que se vertían en el elemento agua. La ostra y la almeja de hoy eran entonces bellas formas de hadas.

La ostra y la almeja crearon una concha; y el rinoceronte, el búfalo y el elefante, una vez bellos, desarrollaron una piel áspera y gruesa o pelo a modo de protección, como un mecanismo de defensa contra las corrientes maléficas en la atmósfera de la Tierra. Los cuernos, las pezuñas y las escamas caen bajo la misma categoría. La era de los dinosaurios fue el punto más oscuro en la historia de la Tierra. Los mamíferos prehistóricos y los simios fueron creaciones malvadas causadas por el mal uso de la energía del hombre.

Los animales tienen centros ganglionares y cuerpos emocionales, no así las plantas. Es la Energía de Vida lo que palpita en el corazón de los animales, no la Llama individualizada de Dios, como es el caso en los seres humanos. Dentro del corazón de estos elementales aprisionados, está el patrón que una vez desplegaron, y el cual habrán de proyectar una vez más.

Los efectos sobre el Reino de la Naturaleza fueron similares. La vida vegetal desarrolló la maleza, las espinas, el veneno y la corteza pesada.

Sólo hay un camino hacia la Liberación de toda vida, y es a través del Amor. El Amor es la esencia primigenia, y el desarrollo de esta cualidad en la conciencia individual es el único medio por el cual puede liberarse a cualquier expresión de Vida.

Grandes hombres y mujeres, tales como el Maestro Ascendido Kuthumi en su encarnación como San Francisco de Assisi, han liberado a cientos de miles de animales a punta de Amor. Mediante el Amor y la asociación, sus conciencias fueron elevadas al punto en que no tuvieron que regresar más a la forma animal. Algunas corrientes de vida se ofrecen voluntariamente, antes de entrar a una encarnación en particular, para ayudar al Reino Elemental. De esta manera, pueden transmutar algún actuar incorrecto de una encarnación anterior.

El que una persona tenga o no una mascota viviendo consigo en su hogar, es decisión suya. Cualquier proximidad cercana a un animal, como también es el caso con otra persona, podrá tener un posible efecto adverso sobre el aura. Sin embargo, debe considerarse también que el Estudiante, mediante la fuerza de su propia esfera de influencia, tiene la capacidad de convertirse en la “levadura en la hogaza” de la inteligencia inferior. La clave en la relación actual con los animales debe ser el EQUILIBRIO. No hay razón para ser extremista en los propios sentimientos con respecto a esas criaturas. Lo que se requiere es un camino del medio estable, envolviendo en pensamiento y sentimiento a todas las expresiones presentes en la Tierra con Tolerancia, Paciencia y Amor, elevando así esta vida inocente a su anterior estado de Liberación y Perfección.

El primer salvador mundial

Durante las primeras dos Edades Doradas, había Perfección absoluta. Existían las actividades de enseñanza y aprendizaje, pero nadie necesitaba asistencia para “ser salvado”.

El primer Cristo fue provisto para la humanidad cuando el hombre por primera vez escogió convertirse en consciente de los sentidos en vez de permanecer consciente de Dios. La humanidad dirigió su atención hacia los dolores y los placeres de los cinco sentidos y, así, manifestó aquello sobre lo cual ponía su atención y en lo que más pensaba.

Desde aquel entonces, cuarenta y nueve Salvadores Mundiales han venido a la Tierra, a intervalos regulares. El primer Cristo fue Krishna, quien trajo a la Tierra la Llama de la Resurrección como un medio para restaurar a los hijos caídos de Dios, en caso de que éstos desearan regresar a su Estado Divino natural. La humanidad, el Reino de la Naturaleza y la vida elemental requerían esta Llama para construir toda forma imperfecta creada por pensamientos y sentimientos imperfectos. La Llama de la Resurrección contiene el Poder resucitador sin el cual el hombre no puede entrar a su Estado Crístico.

Krishna vino desde el Sol Central. En aquel entonces, no fue posible atraer a las corrientes de vida de la Tierra, porque todavía eran niños en cuanto a su desarrollo espiritual y, porque casi todos “ya habían comido de la fruta prohibida”. Del pequeño grupo que había mantenido una conciencia pura, más tarde se desarrollaron otro Cristos, como lo fueron Gautama Buddha y Jesús.

Hubo varios Krishnas. El primer Krishna, le enseñó a sus discípulos que “EL Servicio es la Ley de la Vida”. Explicó que un individuo debería aceptar la responsabilidad de dar un balance al universo por el privilegio de atraer el aliento, de utilizar la vida y sostener una existencia individual y separada.

Krishna hizo énfasis en que ese servicio debería ser impersonal, por amor al Amor, y sin ningún pensamiento de remuneración. Como ejemplo de servicio impersonal, Krishna señaló al sol, afirmando, “la Paz viene únicamente cuando, al máximo de sus habilidades, ustedes se esfuerzan por servir a la causa del bien, y cuando no se ocupan de ninguna actividad externa en reacción a sus efectos sobre el servicio que prestan”.

Puede prestarse servicio en términos de servir a una comunidad, a una nación o al prójimo. Los individuos que no escogen servir son temporalmente sacados de la carrera, hasta que vuelvan a aceptar la responsabilidad de ser sirvientes conscientes.

Algunas de las enseñanzas de Krishna fueron preservadas por sus discípulos, quienes las escribieron en rollos de lino que fueron entonces revestidos con una cera suave. El lino fue enrollado en carretes de bambú, en ocasión extendiéndose el documento varios cientos de metros. A través de estos documentos, Krishna dejó una herencia sobre la cual se basan todos los Vedas y la mayoría de los escritos más antiguos de la humanidad. Estos documentos sobrevivieron cataclismo tras cataclismo, y fueron transportados por los sabios de un punto a otro de la Tierra.

Krishna habitó en la Tierra durante al menos seiscientos cuarenta años. Cuando hubo completado Su servicio y regresó a Su estrella se llevó Consigo mil cuatrocientos discípulos, quienes, a través de Su servicio, lograron la Ascensión.

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