viernes, 17 de septiembre de 2010

DIFERENCIA ENTRE DESEO Y APETITO

Sin embargo tengan cuidado de discernir entre ‘deseo’ y ‘apetito humano’, ya que son tan diferentes entre sí como la Luz y la oscuridad. El apetito no es más que una acumulación de energía calificada por el sentimiento humano a través de la formación de un hábito únicamente en el organismo sensorial, y no tiene nada que ver con el deseo dentro de la Vida de Dios; ya que todo lo que mora dentro de la Vida es Puro, Perfecto y Constructivo. El Deseo Constructivo es eternamente existente dentro de la Vida. Es imposible progresar o expresar la Vida sin alguna forma de deseo.
Es deber del Estudiante estar alerta y en guardia, discerniendo siempre en cuanto a su motivo para hacer algo. Necesita ser severamente honesto consigo mismo en sus sentimientos y motivo, ya que muchas veces la actividad externa de la mente trata de hacerles pensar que están haciendo una cosa desde el punto de vista de la razón, cuando en realidad lo están haciendo todo el tiempo para satisfacer un sentimiento.
Hasta ahora, la mayoría de los seres humanos no son más que criaturas de sentimiento, ya que éste los controla noventa por ciento más del tiempo que la sabiduría de la mente. Por esta razón el hombre es principalmente una criatura de apetitos físicos en vez de un Maestro Divino de Circunstancia y Dominio. Hasta que el individuo no tome su cuerpo emocional de la mano y lo controle definitivamente mediante el Amor, Sabiduría y Poder de su Magna Presencia YO SOY, no puede ni podrá ser confiable, así como tampoco hará ningún progreso permanente hacia la Liberación. La Magna Presencia YO SOY almacena toda Su Fuerza en el cuerpo emocional o cuerpo de los sentimientos, y depende de esta Energía para lograr la Realización del Perfecto Plan Divino de la Vida.
Todos saben la diferencia entre una idea Constructiva y una destructiva, así como también la diferencia entre el sentimiento de Amor, Paz y Serenidad, y el de discordia. De manera que la mente más sencilla, hasta un niño, conoce de manera innata la diferencia entre la Manera Divina de vivir (un Deseo Divino) y el apetito humano de auto-gratificación. Se nos ordena escoger la Manera Divina de vivir, y si no obligamos a los apetitos sensoriales a obedecer dicho Comando, entonces tenemos que sufrir, experimentando caos y destrucción hasta que pongamos nuestro mundo en orden, de manera que se mezcle con el gran Movimiento Ordenado y Armonioso del Todo. La Pureza, el Orden y la Armonía son la Ley de la Perfección por siempre.
Cuando deseas ceder a tu propio deseo de resistencia en vez de aquietar ese sentimiento y reemplazarlo con Paz, te destruyes a ti mismo-mente, cuerpo y mundo-porque la Ley es que todo pensamiento y sentimiento discordante que un ser humano envíe tiene primero que vibrar en el cerebro y cuerpo de quien lo envía antes de poder llegarle al resto del Universo. Cuando llega al final de su recorrido, comienza el viaje de retorno a su creador; y en el trayecto de retorno se une con más de su clase, conformando el agregado de lo cual se compone el mundo del individuo. Tal es la Ley y es inmutable.
Cuando la gran Energía de Vida dentro del cuerpo físico se utiliza constructivamente, el resultado es la más grande felicidad, júbilo y logro posibles, no sólo para nosotros mismos, sino también para toda persona, condición y cosa bajo nuestro control. Luego, la Magna Presencia YO SOY a través del vehículo del yo inferior, manifiesta el Amor Divino en acción, y cuanto más firme y concentrada sea la atención, tanto más poderosa será la acción y más maravillosos los resultados.

Tomado del Libro “La Mágica Presencia”

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